lunes, diciembre 18, 2006

Si el fútbol fuera siempre así...


Retomo mi escritura luego de bastante tiempo para recomendar una nota que leí hace poco, a propósito de la definición del Apertura.

Es un comentario de Juan José Panno, de Página 12, y me pareció sencillamente excelente.


Si el fútbol fuera siempre así...

Y los partidos se jugaran en una cancha llena, colorida, ruidosa, espectacular por donde se la mirase, con la mitad de hinchas de un lado y la mitad del otro y sin restricciones para simpatizantes genuinos que cometieran el pecado de no ser socios.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y ganara el que jugara mejor, el que hiciera mejor las cosas, el que se tuviera más fe, el que se afirmara en su modestia, el que generara más y mejores situaciones de gol.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y se pudieran recordar tiros apenas desviados, remates en el palo, excelentes atajadas, pisadas como las de Sosa y Gago, cambios de frente como los del veterano Verón y jugadas que, vistas por televisión, tal vez no digan mucho, pero en el contexto de ese clima fervoroso se agigantan hasta la emoción.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y todos los futbolistas se jugaran el alma en cada pelota dividida sin levantar la punta del botín para lastimar al contrario por las dudas y sólo se dieran esporádicamente situaciones como las que derivaron en las expulsiones de Ledesma y Pablo Alvarez, que podrían haber sido resuelta con amarilla y no roja para los dos.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y se diera con naturalidad que el pez chico se pudiera comer al grande y el grande se la bancara y los que tienen que impartir justicia no le dieran una mano al grande.

Si el fútbol fuera siempre así..

Y los partidos tuvieran pasajes como algunos del primer tiempo en el partido de Liniers, con llegadas de ida y vuelta que infartaran a los hinchas, enloquecieran a los relatores y obligaran al aplauso a los neutrales.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y las hinchadas no pararan de gritar un solo instante poniendo mucha más energía en alentar a los propios que en insultar a los contrarios.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y los que ganaran tuvieran espacio para liberar su alegría sin que nada se los impidiera.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y nadie se colgara del alambrado para suspender el partido, y los dirigentes no fueran a los vestuarios y nadie tirara piedras, y no hubiera sospecha de incentivación, soborno, tongo ni nada de eso.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y ocurriera que al menos un sector de las plateas de los que perdieron aplaudieran con dignidad a los que ganaron.

Si el fútbol fuera siempre así... sería sencillamente maravilloso.